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jueves, 8 de junio de 2017


REFLEXIÓN:CUENTO DE LA SEMANA




Un hombre, que regularmente asistía a las reuniones de un determinado grupo, sin ningún aviso dejó de participar en sus actividades. 
Después de algunas semanas, una noche muy fría el líder de aquel grupo decidió visitarlo. 
Encontró al hombre en casa, solo, sentado frente a una chimenea donde ardía un fuego brillante y acogedor. ...

Adivinando la razón de la visita, el hombre dio la bienvenida al líder, lo condujo a una silla grande cerca de la chimenea y se quedó quieto, esperando una pregunta. 
Se hizo un grave silencio.
Los dos hombres sólo contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que crepitaban. 
Al cabo de algunos minutos el líder, sin decir palabra, examinó las brasas que se formaban y cuidadosamente seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas, retirándola a un lado del brasero con unas tenazas. 
Volvió entonces a sentarse, permaneciendo silencioso.
El anfitrión prestaba atención a todo, fascinado pero inquieto. 
Al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que sólo hubo un brillo momentáneo y el fuego se apagó repentinamente. 
En poco tiempo, lo que era una muestra de luz y de calor, no era más que un negro, frío y muerto pedazo de carbón recubierto por una leve capa de ceniza. 
Muy pocas palabras habían sido dichas desde el ritual saludo entre los dos amigos. 
El líder, antes de prepararse para salir, con las tenazas blandió el carbón frío e inútil, colocándolo de nuevo en medio del fuego. 
De inmediato la brasa se volvió a encender, alimentada por la luz y el calor de los carbones ardientes en torno suyo...
Cuando el dirigente alcanzó la puerta para irse, el anfitrión le dijo: 
Gracias por tu visita y por tu bellísima lección. 
Regresaré al grupo. 
Buenas noches. 

¿Por qué se extinguen los grupos, Por qué se extinguen las inquietudes espirituales?
Muy simple: porque cada miembro que se retira se quita el fuego y el calor al lado del resto del grupo.

A los miembros de nuestra Asociación vale la pena que recordemos siempre que todos formamos parte de la llama y que lejos del grupo perdemos todo nuestro brillo, nuestras inquietudes espirituales.....pero recobrarlas...no será tan fácil y rápido como lo hizo el carbón frío....

A cada miembro de nuestra Asociación vale recordarle que somos responsables por mantener encendida nuestra llama y la de cada uno de los miembros y por promover la unión entre todos ellos, para que el fuego sea realmente fuerte, eficaz y duradero.

Nuestro instructor JMAR, SAMAEL AUN WEOR y la Logia Blanca desea que la llama que nos une siempre siga ardiendo y seamos siempre soldados victoriosos del Cristo Cósmico....

Mantengamos la llama viva....

lunes, 27 de febrero de 2017


QUÉ SIGNIFICA SER PADRE O MADRE EN EL
MUNDO DE HOY`
Por V.M Samael Aun Weor 






¿Soy yo guarda de mis hijos? Si usted No es el guarda de sus ...

Hijos, entonces, ¿Quién podría serlo?
Ser padre o madre es más que traer hijos al mundo; significa cumplir la responsabilidad de dar a los hijos una
herencia cultural, educativa, moral y espiritual; proporcionándole un conjunto de valores sólidos y
orientadores que le permita resistir las influencias destructoras y derrotistas”.
“Hoy en día la educación es simplemente para dale a los hijos un título, para enseñarles una técnica, el modo de
ganarse la vida, y todo esto trae consigo desespero, inseguridad, tormento…etc., y no es que no se deba estudiar
y adquirir títulos, profesionalizarse, pero ese afán de tener todo ésto acarrea lucha, oposición, contienda. Y solo
eso es lo que le interesa a los padres.
Pero no solo debe educarse al niño, al joven, sino que los padres deben comprender su relación con sus hijos. Y
si realmente les aman, es obvio que deben darle una real educación para evitar luchas sociales entre ricos y
pobres, discriminaciones, defraudaciones por los ambiciosos y ávidos de adquisiciones que buscan poder,
posición y prestigio; y todo ello fomenta la confusión, la destrucción y la desdicha total. A la mayoría de los
padres estas cosas no les interesan. No quieren explorar ni descubrir la Verdad. Lo que preocupa a los padres
es que sus hijos sean poderosos que logren cada día más éxito, no importa cómo y a qué precio.
El tremendo materialismo, donde los falsos valores son los que imperan: el dinero, la adquisición de cosas y la
sed del poder, campean en la humildad actual. La “valoración” o “lo que vale” la persona humana, se establece
hoy día a partir de lo que tiene, de lo que gasta o del poder que ostenta. Por lo tanto, la vida se mira como
fuente de placer sin la cual no tiene valor. Es esa búsqueda de placer que se obtiene pagándolo solo con dinero,
es lo que rige la vida y, por lo tanto, se considera válido cualquier medio para obtenerlo.
Cuando los padres retornan al hogar después de su trajín diario con tantos problemas laborales, en un ambiente
lleno de presiones y conflictos donde ellos, la gran mayoría, se sienten impotentes, al llegar a casa papá y
mamá, lo que traen consigo es cansancio, tensiones y problemas que llegan a provocar en el ámbito familiar
tirantez, angustia e inseguridades. Ante este hecho, el padre-educador es desplazado por el padre- proveedor.
Situación que deja al niño imbuido en un vacío horrible.
¿Cómo toman los niños esta situación? La reciben como falta de amor; pues se sienten abandonados y
reaccionan agresivamente y por lo general buscan, para evadirse, la droga, el alcohol, etc.... Pero los padres con
sentimiento de culpa, tratan de auto-tranquilizarse entregándoles a sus hijos juguetes y obsequios. Todo esto
hace que los padres se alejen de la Verdadera Educación que deben entregar a sus hijos, lanzándose solo a
buscar con gran énfasis, cosas externas, ajenas a la Vida Interior del Ser Humano, tales como ganar dinero,
buscar la satisfacción de las sensaciones, prestigio, posición, etc. Los resultados de tal proceder, son percibidos
por sus hijos como una falta de cariño. Esta situación lleva a niños y jóvenes hacia reacciones y actitudes que
los separan aún más de sus padres, y que dejan en ellos un sabor de amargura”.
¡NO PERDAMOS MÁS TIEMPO, REFLEXIONEMOS AL RESPECTO, PONGAMOS ATENCIÓN A
NUESTRA MANERA DE VER LA VIDA Y SABREMOS HACIA DÓNDE ESTAMOS CONDUCIENDO A
NUESTROS HIJOS!